Mientras se pone el sol, mientras me doy cuenta que no tengo un peso, mientras me preparo para bañarme, para salir de mi casa... pienso en mi, pienso todo el día en mi misma, pero no por puro egoismo, es que no tengo nadie más en quien pensar. Estuve dispuesta a pensar en otras chicas, a quererlas, aunque no supiese bien como, tal vez ese era el problema, no saber por donde empezar, no saber ser yo, alejarme cuando queria estar cerca por miedo a ser cargosa o quedarme solo para no herir, siempre a destiempo, pero no me importa, pero lo que fue hermoso me lo llevé conmigo y lo tengo en un rincón de mi casa
Hoy fui a la feria de la iglesia de mi barrio, aterricé en otro siglo, en el que dejamos, me di cuenta que quiero ser como esas viejitas que venden abanicos y collares de perlas por tres pesos y son muy felices con sus perros y gatos y nietos y comen sopa y se acuestan a las nueve. Es que no me quiero olvidar de regar las plantas esta vez, no quiero hacer las cosas mal, realmente quiero ser feliz, vivo en la ciudad mas hermosa de todo el planeta, la tengo a Evita a tres cuadras iluminada para mi sola, tengo las tardes del otoño y el frio en el balcón, y las películas y los libros y las canciones y los amigos y a odi y la facu donde aprendo a amar el cine y el trabajo que me da de comer. La ciudad escucha mis suplicas, la ciudad tambien me ama a mi.
cultura popular argentina for all
"porque
Teodoro con otros diez gatos de Saignon vivía del vaciadero de basuras
como cirujas de la quema, y cada esqueleto de arenque era Austerlitz,
los Campos Cataláunicos o Cancha Rayada, pedazos de orejas arrancadas,
colas sangrantes, la vida de un gato libre. Ahora que este animal era
más inteligente, se vio en seguida cuando nos maulló desde la entrada,
sin dejar que nos acercáramos pero dando a entender que si le poníamos
leche en una aceptable no cat’s land condescendería a bebérsela.
Nosotros cumplimos y él entendió que no éramos despreciables; salvamos
por mutuo acuerdo tácito la zona neutralizada, sin tanta Cruz Roja y
Naciones Unidas, una puerta quedó entornada con dignidad para no ofender
orgullos, y un rato después la mancha negra empezó a dibujar su espiral
cautelosa sobre las baldosas rojas del living, buscó una alfombrita
cerca de la chimenea, y yo que leía a Paco Urondo escuché por ahí el
primer mensaje de la alianza, un ronroneo confianzudo, entrega de cola
estirada y sueño entre amigos"
(L)
Hoy fui a la feria de la iglesia de mi barrio, aterricé en otro siglo, en el que dejamos, me di cuenta que quiero ser como esas viejitas que venden abanicos y collares de perlas por tres pesos y son muy felices con sus perros y gatos y nietos y comen sopa y se acuestan a las nueve. Es que no me quiero olvidar de regar las plantas esta vez, no quiero hacer las cosas mal, realmente quiero ser feliz, vivo en la ciudad mas hermosa de todo el planeta, la tengo a Evita a tres cuadras iluminada para mi sola, tengo las tardes del otoño y el frio en el balcón, y las películas y los libros y las canciones y los amigos y a odi y la facu donde aprendo a amar el cine y el trabajo que me da de comer. La ciudad escucha mis suplicas, la ciudad tambien me ama a mi.
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(L)