hace un calor inmenso, tirada en la cama, rateada de frances, de pronto me acuerdo... ella era sólo una chica de provincia, de un barrio de los suburbios de Rosario, morocha, preciosa y confundida, entre Santa Fe y Buenos Aires, sin saber que hacer en ninguno de los dos lugares, la primera vez que la vi me mintio con la edad, fuimos a ver una peli de Almodovar y terminamos besandonos en la puerta del parque rivadavia, ella hablaba despacio, nunca gritaba ni se reia muy fuerte, me conto de como habia dejado la secundaria en quinto año, de la gente estúpida que había conocido, de la cantidad de valiums que se tomaba por día en su época de depresión, me lo contaba con una sinceridad butal, no para hacerse la punk, el tiempo para ella era puro, sus días pasaban entre dibujos, manu chao, semillas de chia y batidos de frutas raras, eso era todo, durante un pequeño tiempo yo pasé a ser parte de esa vida, ella compartía mi amor por el parque centenario y tenia una conexión muy linda con mi perra, su familia era genial, aunque ella no lo creyera tan así, su hermana era lesbiana y vivia por floresta con su esposa y un chico gay, en la casa habian dos perros, cientos de libros y un patio con plantas de porro... para mi eso era la perfección, aunque no todo fue perfecto, todo fue muy rapido y vertiginoso, a veces era como estar dentro de un sueño raro, confuso, con aires de pesadilla por momentos, cuando vino a llevarse sus cosas, ahi me desperte, y llore un dia entero, sin parar, despues se me paso y comprendí que todo habia sido un delirio, que mi vida era otra cosa, mi psicóloga insinuo que no tendria que haber salido con ella, que era una pendeja y que no valia ni dos centavos, en parte es verdad, pero igual me alegro, es algo más para recordar y algo más para escribir
verano 09
