"Esto es más de lo que puedo soportar" me dijiste un día, con cara de no estar diciendo nada, con cara de charla de ascensor, con cara de mirar el noticiero. Estabas tirada en la hamaca paraguaya leyendo una revista. Yo me quede callada, hacia demasiado calor y tuve la sensación de que cualquier palabra que pronunciara se iba a quedar a medio camino, colgada en el aire espeso y pegajoso. Vos me miraste un instante, como esperando que reaccione... nada... volviste a la revista, buena elección.
"Esto es más de lo que puedo soportar"... pero mi amor, ésto es más de lo que cualquier persona que se precie puede soportar. No sufrir nunca fue una opción, a vos te gusta la oscuridad, ser la última en irse de los bares y la primera en llegar (y tomar hasta hacer reventar lo que sea que haya adentro), que se te acerquen los mendigos y te cuenten que hubieron tiempos mejores, que tus amigos se turnen para visitarte y comprobar que seguís ahí, rompiendo calendarios y leyendo a los malditos mientras comes chatarra y tu gato se muere de angustia.
"Esto es más de lo que puedo soportar"... pero mi amor, ésto es más de lo que cualquier persona que se precie puede soportar. No sufrir nunca fue una opción, a vos te gusta la oscuridad, ser la última en irse de los bares y la primera en llegar (y tomar hasta hacer reventar lo que sea que haya adentro), que se te acerquen los mendigos y te cuenten que hubieron tiempos mejores, que tus amigos se turnen para visitarte y comprobar que seguís ahí, rompiendo calendarios y leyendo a los malditos mientras comes chatarra y tu gato se muere de angustia.


