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Todavía repito en mi cabeza lo que me dijiste

Le busco nuevos significados ocultos

Y no es porque no tenga otras cosas que hacer.

El único problema es el timing (he llegado a la conclusión de que)

Cuando te llegue el momento yo no voy a estar

La semana que viene yo no voy a estar

Cuando pase una mosca volando por enfrente yo me voy a estar llendo

Pero ahora, pero éste minuto,

sólo mi Virgen sabe qué tanto estoy hundida

-y es que estoy hundida hasta los ojos-

Adelantamos medio paso y retrocedemos un kilómetro,

y yo voy en el asiento del acompañante

(y si, voy escribiendo metáforas pelotudas, ¿qué otra cosa voy a hacer?)

Pero es que soy tan pendeja, que no me importa nada, nada de nada

Es todo mucho más simple

(sería más simple mirar hacia otro lado, pero soy carne y vos sos carne, pero si, de hecho mirás hacia otro lado, pero luego, te veo, mirando, de reojo, como los cobardes, mirarme bien mirada, y no te juzgo, solo sonrío para mis adentros, porque te tengo donde quiero, auque técnicamente no sea así, porque a los cobardes es mejor tenerlos lejos, pero es que la cobardía tiene tu cara, y es difícil)

Las cosas se acomodan solas en su justo lugar

Y si no, y si no me jodo yo, te lo juro

Pero no, no juro nada, me retracto ya mismo, estoy en el límite, mirando para abajo

Y sé, muy en el fondo, sé que no voy a caer, simplemente me doy vuelta, camino mis pasos, aprieto rewind.

Porque, a mis veinte años, la caída es horizontal.